Cultura Política de la Democracia en América Latina II

El Cambio de Cultura y la
Democracia en la Región

Cultura PolíticaJosé Eduardo Jorge

La situación de la mujer en Latinoamérica: evolución de la igualdad de género. La participación ciudadana. La firma de petitorios y la inclinación a participar en las decisiones políticas, el trabajo y la comunidad. La baja confianza en los demás. El impacto político de los cambios culturales. Ir a la Parte I

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Situación de la mujer en América Latina

La Igualdad de Género es el otro valor democrático fundamental que desde principios de los años 90 hizo progresos generales en América Latina (Figura 29).

La región es mucho más homogénea en este indicador que en el referido al Respeto por los Demás o Tolerancia, en el que Colombia y Perú se apartaban notoriamente del grupo formado por Uruguay, Argentina, Brasil, Chile y México.

En promedio, el 67% de la población de las 11 sociedades latinoamericanas de las Tablas A4 y A5 está en desacuerdo con que los hombres son mejores líderes que las mujeres y tienen prioridad para los empleos cuando éstos son escasos (Figura 30). Esta cifra es muy próxima al 70% de Europa Católica. El porcentaje de Colombia  ha permanecido estable en el nivel de 67% entre 1998 y 2012, mientras el de Perú subió de 60% en 1996 a 69% en 2012.

Figura 29
Igualdad de Género en América Latina
% de la población

Situación de la mujer en América Latina
% promedio de la población que está en desacuerdo con que los hombres son mejores líderes que las mujeres y que tienen prioridad para los empleos cuando éstos son escasos. Fuente: José Eduardo Jorge (2016). Cálculos propios a partir de la base de datos de la Encuesta Mundial de Valores. O Sin dato. Click en la imagen para agrandar

Figura 30
Cultura Política de la Democracia en América Latina
Igualdad de  Género por Región  Cultural – % de la Población

Situación de la Mujer en Latinoamérica
% de la población en desacuerdo con que los hombres son mejores líderes que las mujeres y tienen prioridad para los empleos. América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela. Ver composición de las Regiones Culturales.Fuente: José Eduardo Jorge (2016): “Teoría de la Cultura Política. Enfocando el Caso Argentino”, Question 1(49), pp. 300-321. Cálculos propios a partir de la base de datos de la Encuesta Mundial de Valores. Click en la imagen para agrandar.

La participación política

Nuestro indicador de acción política autónoma, la Firma de Petitorios, no ha experimentado grandes variaciones en Brasil, Argentina y Chile, al tiempo que exhibe una declinación en Uruguay y México (Figura 31). De nuestro análisis surge que Brasil es una sociedad altamente movilizada para los estándares de la región. Entre las 82 naciones de la Tabla A4, ocupa en este aspecto el 13º lugar.

Figura 31
Firma de Petitorios en América Latina
% de la población

Participación política en América Latina
% de la población que firmó un petitorio. Fuente: José Eduardo Jorge (2016). Cálculos propios a partir de la base de datos de la Encuesta Mundial de Valores. O Sin dato. Click en la imagen para agrandar

Las Aspiraciones de Libertad –que miden el grado en que los individuos priorizan la libertad de expresión y la participación en las decisiones de gobierno, el trabajo y la comunidad- siguen trayectorias dispares (Figura 32). El rasgo más acentuado en la evolución de este componente es su fuerte declive en la Argentina a partir del cambio de siglo –luego de haber alcanzado un pico muy alto a mediados de los 90-, así como su baja apenas menos marcada en Uruguay.

Figura 32
Aspiraciones de Libertad en América Latina
% de la población

Participación ciudadana en América Latina
% de la población con un puntaje de 3 o más en una escala 0 a 5, según la prioridad que se asigna a tres metas del Índice de Posmaterialismo de 12 ítems de Inglehart: 1) libertad de expresión, 2) participación en las decisiones de gobierno y 3) participación en el trabajo y la comunidad. Fuente: José Eduardo Jorge (2016). Cálculos propios a partir de la base de datos de la Encuesta Mundial de Valores. O Sin dato. Click en la imagen para agrandar

La baja confianza generalizada

Es sabido que América Latina se distingue en la comparación internacional por niveles muy bajos de Confianza en “la mayoría de las personas” (Jorge, 2010, pp. 269-273). El fenómeno es uniforme en toda la región, pero adquiere un carácter agudo en Brasil, cuyos índices de confianza –en general inferiores al 10%- se encuentran entre los más deprimidos del mundo. En la Tabla A5, cuatro países latinoamericanos –Brasil, Colombia, Ecuador y Trinidad y Tobago- figuran en los diez últimos lugares para este indicador.

En el periodo que analizamos, la confianza interpersonal cae en México de un modo pronunciado (Figura 33). La tendencia es también declinante en Chile y Uruguay, mientras Argentina no experimenta grandes variaciones y Brasil se conserva en sus pisos mínimos.

Figura 33
Confianza Interpersonal en América Latina
% de la población

Confianza Interpersonal en América Latina
% de la población que confía “en la mayoría de las personas”. Fuente: José Eduardo Jorge (2016). Cálculos propios a partir de la base de datos de la Encuesta Mundial de Valores. O Sin dato. Click en la imagen para agrandar

Figura 34
Cultura Política de la Democracia en América Latina
Confianza Interpersonal por Región  Cultural
% de la Población

Confianza Interpersonal en América Latina
% de la población que confía “en la mayoría de las personas”. América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Ver composición de las Regiones Culturales. Fuente: José Eduardo Jorge (2016). Cálculos propios a partir de la base de datos de la Encuesta Mundial de Valores. América Latina 2015: Datos de Latinobarómetro 2015 para 18 países de la región. Click en la imagen para agrandar

El examen según Regiones Culturales (Figura 34) –al que he incorporado la medición 2015 de Latinobarómetro, que comprende 18 países- reproduce un patrón conocido. Las sociedades protestantes se caracterizan por una confianza elevada y las católicas –europeas y latinoamericanas- por la tendencia opuesta (Delhey y Newton, 2005).

Las sociedades confucianas de China, Japón, Corea del Sur y Taiwán –la última no incluida en las Tablas A4 y A5- aparecen también como un grupo con alta confianza interpersonal. El fenómeno está focalizado particularmente en China. Con un 60% de la población que dice confiar en la mayoría de las personas, este país llega el tercer lugar entre los 82 de la Tabla A4. Japón (36,6%) ocupa el puesto 17. La pauta no parece extenderse a Taiwán (30%) y Corea del Sur (26%). Dos países islámicos –Yemen e Indonesia- se destacan por niveles de confianza cercanos al 40%.

Algunos de los trazos de este cuadro son hoy objeto de revisión. Análisis basados en las ondas más recientes de la Encuesta Mundial de Valores sugieren que la pregunta estándar para medir la confianza en los demás –si el entrevistado piensa que se puede confiar en la mayoría de la gente o que nunca se es bastante prudente al tratar con los demás- tiene dificultades en algunas sociedades para registrar la confianza generalizada –que abarca a los desconocidos u “otros en general”- y puede confundirla con la particularizada –en las personas próximas o conocidas- (Delhey et al., 2011).

Se trata del problema del denominado «radio de confianza«, que se refiere a la amplitud del círculo de personas -desde el «endogrupo» hasta el «exogrupo»- que el individuo tiene en mente cuando dice confiar en «la mayoría de la gente». Esta situación alcanza en especial a las sociedades confucianas -entre ellas, China- y a algunas naciones islámicas. Cuando se calculan medidas ajustadas de confianza generalizada muchos de estos porcentajes se reducen en forma sustancial.

Cambio cultural y cambio político: un balance

El progreso de la cultura política democrática en Brasil –reflejado en un incremento neto de más de 6 puntos porcentuales de nuestro Índice CPD entre 1991 y 2014- deriva principalmente del avance del Respeto o Tolerancia y de la Igualdad de Género, al que contribuye, aunque en menor medida, el que exhiben las Aspiraciones de Libertad.

En Chile, cuyo índice CPD aumenta casi 7 unidades porcentuales entre 1991 y 2011, el impulso procede en primer lugar del salto de 32 puntos del Respeto o Tolerancia –probablemente motorizado por el fin de la dictadura de Pinochet-, seguido por una suba más moderada la Igualdad de Género. Estos desarrollos se ven contrarrestados en parte por la caída de la Confianza Interpersonal.

En Argentina las Aspiraciones de Libertad alcanzan en 1995 el pico de la región para todas las observaciones, pero terminan con una baja de 9 puntos respecto del comienzo de la serie, neutralizando en gran parte el importante aumento de la Tolerancia (11 puntos) y, en menor medida, de la Igualdad de Género.

Uruguay acusa una baja de la Firma de Petitorios, las Aspiraciones de Libertad y la Confianza. Se ven así canceladas las subas de la Tolerancia (17 puntos) y la Igualdad de Género.

Los movimientos de los componentes del Índice CPD tienden asimismo a equilibrarse en México. Los incrementos de la Igualdad de Género, las Aspiraciones de Libertad y la Tolerancia van acompañados de descensos en la Confianza (18 puntos) y la Firma de Petitorios.

El sostenido crecimiento económico de Chile y Brasil durante gran parte de este periodo, que se ha visto acompañado de aumentos importantes del ingreso per cápita y de la expansión de las clases medias, contribuye a explicar la difusión de la cultura política democrática en ambos países.

Nuestro índice CPD capta un fenómeno que no ha pasado desapercibido para los políticos y observadores de la región. El ex presidente chileno Ricardo Lagos pronosticó en 2014 “un nuevo tiempo histórico para América Latina”, animado por las originales “demandas derivadas del crecimiento económico de los últimos años”.[1] Veía ciudadanos “más conscientes de sus derechos”, que exigían “una mayor participación en las definiciones de sus sociedades”.

A mediados de 2013, una protesta menor por el costo del ómnibus en San Pablo encendió una súbita oleada de demostraciones en todo Brasil. Los motivos inmediatos eran heterogéneos: la calidad de los servicios públicos –la educación, la salud, el transporte-, la corrupción política y los gastos que insumía hospedar el campeonato mundial de fútbol de 2014.

Pero el descontento, sugirió ya en ese momento la agencia Reuters, traslucía “algo más profundo y estructural”. Una década de riqueza en ascenso había empezado a alterar las “expectativas políticas” de los brasileños. Los empleos y el estado de la economía no eran ya sus únicas prioridades: afloraban otras, que revelaban aspiraciones a una mejor “calidad de vida”.[2] El ex presidente Lula Da Silva juzgó que las expresiones callejeras eran “en gran medida el resultado de los éxitos sociales, económicos y políticos” de esos años. Demostraban “la necesidad de ampliar la democracia y aumentar la participación ciudadana”.[3]

Si bien la economía argentina también creció vigorosamente durante varios años a partir de 2003, este desarrollo sirvió básicamente para aliviar las graves consecuencias sociales provocadas por el derrumbe de 2002 y el largo estancamiento iniciado a mediados de los noventa.

Anterior: Cultura Política de la Democracia en América Latinaflecha-ant

José Eduardo Jorge (2010): Cultura Política y Democracia en Argentina,
Edulp, La Plata
José Eduardo Jorge (2015): «La Cultura Política Argentina: una Radiografía«,
Question, 1(48), pp. 372-403
Artículo ampliado por el autor en: Enero de 2017
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Cambio Cultural
Cultura Política Argentina

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Más Publicaciones Académicas

José Eduardo Jorge (2016): Teoría de la Cultura Política. Enfocando el Caso ArgentinoQuestion, 1(49), pp. 300-321

Bibliografía

Delhey, J., Newton, K. & Welzel, C. (2011): “How General is Trust in ‘Most People’? Solving the Radius of Trust Problem”, American Sociological Review, 76(5), pp. 786–807.

Delhey, J. & Newton, K. (2005). “Predicting Cross-National Levels of Social Trust: Global Pattern or Nordic Exceptionalism?” European Sociological Review Nº 21, pp. 311–327.

Jorge, José Eduardo (2010): Cultura Política y Democracia en Argentina, Edulp, La Plata.

NOTAS

[1] Lagos, Ricardo: “Nuevo tiempo histórico para América Latina”, Clarín, 5 de enero de 2014.

[2] Garman, Christopher, and Young, Clifford: “Brazil’s protests are not just about the economy”, Reuters, June 21, 2013.

[3] Da Silva, Ignacio: “En Brasil es necesario renovar la política”,  Clarín, 19 de julio de 2013.