Sobre la Primera Época de
Cambio Cultural: 2001-2005
José Eduardo Jorge
La primera época de Cambio Cultural comenzó el 21 de diciembre de 2001, fecha de su aparición online, y se extendió hasta abril de 2006. El foco de su propuesta fue que la sociedad debatiera e intentara cambiar valores, ideas y prácticas que parecían contribuir a las crónicas convulsiones del país y a los problemas de su vida política. Uno de los foros de Internet en el momento más agudo de la crisis, atrajo con los meses más de 2.500 lectores diarios
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La primera época de Cambio Cultural, como cambiocultural.com.ar, coincidió con el estallido político, económico y social de fines de 2001. Nuestro proyecto concurrió al diagnóstico de esa gran crisis –la más grave de la historia moderna del país- y propuso acciones civiles y políticas para superarla. Lo hizo partiendo de una idea que el mismo título enunciaba: era preciso que la sociedad debatiera e intentara cambiar ciertos valores, creencias y prácticas que parecían contribuir a las crónicas convulsiones de la Argentina y los rasgos disfuncionales de su vida política.
A partir del 21 de diciembre de 2001, fecha de su aparición online –al cierre de las dramáticas jornadas de los días 19 y 20, que condujeron a la dimisión del presidente Fernando De la Rúa-, Cambio Cultural se transformó también en uno de los foros espontáneos de Internet a los que confluyeron miles de argentinos movidos por la crisis para expresar su opinión.
- La primera edición de Cambio Cultural. Apareció online el 21 de diciembre de 2001, luego de las dramáticas jornadas de los días 19 y 20 que condujeron a la renuncia de De la Rúa. Visitar la edición completa en el Internet Archive, que conserva más de un centenar de versiones de Cambio Cultural hasta abril de 2006.
Desde la decena de artículos publicados en la primera edición –el ensayo Las Raíces Culturales de los Problemas Argentinos superaría con los meses las veinte mil lecturas-, el sitio creció rápidamente en volumen y variedad de contenidos con un eje común: la cultura política y la calidad de la democracia. Casi quince años después, algunos de estos temas se han vuelto quizás más familiares, aunque la realidad política haya insistido en ignorarlos. Los más, traídos al presente, no han perdido su carácter innovador.
Cambio Cultural fue un proyecto independiente y sin fines de lucro. Realizado por este autor con el auxilio de un círculo muy pequeño de colaboradores cercanos, aumentó sin cesar el caudal de lectores hasta alcanzar más de 2.500 visitantes únicos por día: alrededor de un millón de visitantes únicos por año. De la Argentina y otros países de América Latina llegaron también contribuciones voluntarias de especialistas y académicos que enriquecieron el material publicado.
El Internet Archive conserva más de un centenar de versiones completas de Cambio Cultural, entre el 9 de enero de 2002 y el 6 de abril de 2006, mes en que termina nuestra primera época. Iniciábamos en este último año nuestra línea de investigación sobre Cultura Política y Democracia, dentro del Sistema de Ciencia y Técnica de las universidades argentinas.
La Propuesta
El foco de la propuesta de Cambio Cultural fue subrayar la importancia de las pautas culturales para la calidad de la democracia y promover los valores democráticos, la participación de los ciudadanos y la innovación cívica como una filosofía capaz de mejorar el funcionamiento de las instituciones, cambiar los modos de hacer política y abordar una serie de problemas recurrentes de la sociedad argentina.
- El vicepresidente Carlos «Chacho» Álvarez renuncia el 6 de agosto de 2000. El escándalo por sobornos en el Senado inicia así la descomposición del gobierno de la Alianza UCR-Frepaso
Para explicar el origen del proyecto y su trayecto ulterior, debo recurrir en este punto a una referencia personal. Hacia fines del año 2000, me convencí de que la Argentina se encaminaba a una grave crisis política. Cuando Fernando de la Rúa buscó obturar el escándalo por sobornos en el Senado, provocando la renuncia del vicepresidente Carlos Álvarez, el mandato social más importante que había encumbrado el año previo a la Alianza UCR-Frepaso –acabar con la corrupción– quedó prontamente defraudado. Y los graves pronósticos acerca de la economía, atada aún a la convertibilidad de la moneda luego de que Brasil abandonara la suya, demandaban acuerdos y compromisos que excedían el nivel de madurez de la política argentina.
Sobre las crónicas perturbaciones del país han prevalecido entre nosotros visiones crudamente economicistas y conspirativas. Por entonces ya era evidente para mí que ciertos valores, creencias y pautas de conducta que distinguían a la política y la sociedad no eran extraños a esas turbulencias ni al pobre desempeño de las instituciones democráticas. Decidí inquirir más profundamente en esa dirección.
El influjo político y económico de los llamados “factores culturales” ha suscitado una literatura considerable y desigual. Pero su estudio científico constituye un campo técnico y en rápido desarrollo –que experimenta, como otras áreas de la ciencia, el fenómeno conocido como “explosión de información”: la producción exponencial de datos y publicaciones científicas-. A medida que ahondaba en esta última línea, mis hipótesis iniciales me parecieron más y más plausibles.
- La crisis alcanzaba un punto trágico en las horas previas a la salida de nuestra página.
Surgió luego la idea de utilizar la ascendente tecnología de Internet para plantear públicamente la cuestión, difundir análisis preliminares e iniciar una deliberación colectiva. Preparar una página web que llegara con eficacia a la audiencia tomó algunos meses. Entre tanto, la situación política se degradaba sin cesar y, si el lector puede creerme, la primera edición de la página estaba lista para subir a la red el 19 de diciembre, cuando todo colapsó. Hubo entonces que esperar, pues el contenido podía quedar desajustado con la incierta evolución de los hechos. Bastó empero con corregir, unas horas después, los párrafos que hacían alusión al “presidente De la Rúa”. Tanto la propuesta como los escritos originales parecían haber sido convocados por el incógnito escenario que la sociedad argentina empezaría a transitar a partir del día 21.
Las Dos Caras de Internet
- De la Rúa renuncia el 20 de diciembre por la noche. Le pide a un fotógrafo oficial que le saque una última foto en su despacho..
Por las circunstancias en que se presentó al público, Cambio Cultural quedó ligado a la ola de sitios de Internet creados por la sociedad civil argentina como respuesta a la crisis. Este notable fenómeno concitó la atención global –la situación de la Argentina estuvo durante meses en el foco de los medios de todo el mundo– y anticipó los movimientos de ciberactivismo civil que signarían años después a la crisis económica de Europa, la Primavera Árabe y otros contextos de cambio político prodemocrático.
La tendencia a la participación online, unida con frecuencia a la acción de los ciudadanos en el mundo real, se ha visto facilitada y robustecida en los escenarios políticos más recientes por la veloz expansión de Internet y la aparición de las redes sociales.
El antecedente argentino tiene doble interés porque la tecnología estaba entonces menos difundida y desarrollada. Sus instrumentos fueron el correo electrónico, la página web estática, el foro y la sala de chat.
- Las Asambleas de Vecinos fueron parte de la respuesta de los ciudadanos argentinos frente a la crisis
La experiencia de los ciudadanos argentinos fue también la precoz demostración de una paradoja que la posterior difusión de las redes sociales y del uso político de Internet hizo aún más evidente.Siendo una tecnología de comunicación que allana como ninguna de las previas el contacto social, el diálogo y la expresión de los ciudadanos y sus organizaciones, la red produce una ampliación inédita de la esfera pública y hace aflorar en todas partes fuerzas democráticas sustanciales. Pero a la vez, en contradicción con esto, inserta al ciudadano en una trama de relaciones de poder en la que es objeto de vigilancia y administración.
Las bases de datos comerciales con información personal de los usuarios de Internet, que éstos han subido a la red o dejado como huella, son apenas un aspecto de la segunda evolución. Internet no solo crea nuevos canales para la comunicación del poder político en contextos democráticos participativos o convencionales. También acrecienta las oportunidades para que los gobiernos y otros factores de poder espíen, controlen y manipulen a los ciudadanos.
Las acciones online y offline con que los argentinos respondieron a la crisis de 2001, desde los foros de Internet hasta las demostraciones públicas y las asambleas vecinales, reflejaron esa tensión entre las demandas democráticas de la gente y los intentos de control, deslegitimación y hostigamiento por parte de un sistema político que, con pocas excepciones, veía en ese movimiento popular un enemigo a vencer.
Esa pugna se resolvió a favor de los que resistían la idea de elevar la calidad de la democracia argentina, demanda popular que había prevalecido en las elecciones generales de 1999 y estallado con indignación, al frustrarse las expectativas, a fines de 2001. .
Las consecuencias para el país serían vastas y dolorosas. Pero la historia de los cambios políticos raramente es lineal. La sociedad reanudaría esa crítica agenda más de una década después. ¿Estará la Argentina, en esta ocasión, a la altura del desafío?
Análisis de la Crisis e Investigación
El vértigo de los sucesos que precipitó la crisis de fines de 2001 y las graves consecuencias sociales del derrumbe económico impusieron su propia agenda de temas, especialmente durante el primer año de vida del sitio. El análisis de la
- Cambio Cultural atrajo con el tiempo más de 2.500 lectores por día: alrededor de un millón de visitantes únicos por año
encrespada situación política y la incierta evolución de la crisis; el seguimiento de la pobreza –que alcanzaría en 2002 a más de la mitad los argentinos-, la desocupación y la desnutrición infantil, la compleja renegociación de la deuda externa y otros acontecimientos de actualidad recibieron amplia atención.
Toda iniciativa que aspira a innovar necesita apoyarse en la investigación. La indagación teórica, los estudios de caso y la formulación de propuestas constituyeron el nudo de nuestro proyecto.
El concepto de capital social y sus aplicaciones en el contexto de la crisis política y social fue uno de los tópicos centrales. Examinamos las características y el impacto de las organizaciones de la sociedad civil, el voluntariado y la confianza interpersonal en el país. Avanzamos en las estrategias basadas en el capital social para el alivio y la superación de la pobreza. Nuestro informe sobre el enfoque de la Construcción Comunitaria fue recogido por entes públicos y ONGs latinoamericanas. Dentro de la misma línea profundizamos en el microcrédito y las microempresas, los programas de autoempleo, las cooperativas y los efectos de los planes estatales de empleo transitorio.
Enlazada a la noción de comunidad cívica, la perspectiva del capital social contribuye a nuestra comprensión de la calidad de la democracia y sugiere vías para promoverla. Abordamos las cuestiones del compromiso cívico, la crisis de los partidos, la confianza en las instituciones políticas –que cayó a pisos mínimos en 2002-, el apoyo de la población al sistema democrático, las políticas de diálogo social y herramientas como el periodismo cívico.
Ahondamos en el tema de la corrupción –por entonces al tope de la agenda de los argentinos- y en propuestas de reforma política, electoral y de gestión pública.
La competitividad de la economía, el gasto público y los problemas impositivos fueron asimismo objeto de investigación, igual que las técnicas para la medición de la pobreza, la indigencia, la desnutrición y la desocupación.
Cambio Cultural se valió del potencial democrático de Internet para concurrir a un momento crucial de la historia argentina y llegar con su propuesta a un público muy amplio. Su experiencia, aun sin haber ignorado la faz antitética de la red, secunda quizás, en el balance, a la escuela de los “tecno-optimistas”.
José Eduardo Jorge
1 de Junio de 2016
Cambio Cultural
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